Páginas

domingo, 28 de septiembre de 2014

sábado, 20 de septiembre de 2014

El Palacio Gatuno


Como la familia está creciendo (los cinco pequeños, aunque ya se han independizado de su madre, siguen siendo cinco, el huerfanito tuerto Nermal, el gato fortachón y con desdobles de personalidad Frodo, el peludo y protestón Peluso y la viejita Tigri hacen 9) y la casa no lo hace, hemos decidido tomar cartas en el asunto.


Los gatitos ya tienen cinco meses y se han independizado de su madre

El invierno se acerca mucho más rápido de lo normal en estas latitudes (es corriente llevar manga corta hasta Noviembre) y hemos tenido que apresurarnos en tomar una decisión. 

Gunter está probando el nuevo alojamiento

Totoro, tras la operación, vive bastante bien. Lo único que va dejando mojoncitos por todas partes. Por lo tanto no puede vivir dentro. Y no vamos a dejarlo solito fuera. Además, son demasiados gatos para cualquier casa normal. Así que, para que no pasen frío y no se mojen, hemos decidido ponerles una casita. 




miércoles, 2 de julio de 2014

Totoro, operado con pronóstico reservado.

Totoro antes de la operación

Totoro lleva un tiempo que cada vez está más triste, y cada vez se le veía más hinchado. Por mucho que nosotros le dábamos malta y aceite, y le sacábamos manualmente la caca, se le veía que no podía seguir así mucho más.
Cuando le llevamos al veterinario, Lola abrió los ojos como platos y nos dijo que nunca había visto algo como eso. Consultando en un libro, algo así como "Todo sobre Partes Traseras", nos dijo que era una atresia anal, que había provocado una fístula perianal. Dependiendo de cómo estuviera por dentro, podría ser más o menos difícil de operar, pero que había que operarlo cuanto antes. Como ella nunca había hecho esa operación, tenía que estudiar el caso y nos avisaría. 

Ayer sonó el teléfono y nos dijo que había visto ya cómo se hacía y que creía que iba a ser posible. También nos dijo que además de los riesgos propios de la operación, estaba el asunto de la anestesia, que siendo tan pequeño (dos meses y medio, y 700g de peso), podría tener problemas. Así que hoy hemos llevado a Totoro en ayunas al veterinario, con mucho miedo de lo que pudiera pasar. 

Después de tres horas y media de operación, nos han llamado para avisarnos de que le podíamos ir a recoger. Había sobrevivido a la anestesia, de hecho, le habían tenido que subir la dosis de anestesia hasta la de un gato mayor, porque no se dormía.

Gunter haciendo compañía a su hermanito Totoro
Nos han explicado que se trataba de una malformación en el feto, en la que no se había abierto la membrana que recubre el ano, y el recto no desembocaba en el esfínter, sino que había abierto la piel más abajo. Ellos habían cosido la fístula, y habían reconducido el intestino hacia el lugar donde tenía que desembocar.

Pupete haciendo de las suyas
No se sabe cómo va a evolucionar. De momento, ha despertado bien de la anestesia y no se porta mal, ha pasado toda la tarde amodorrado en nuestro regazo mientras sus hermanos se dedicaban a hacer locuras por el salón (los habíamos dejado entrar porque estaban cayendo chuzos de punta). Mañana hay que llevarle a curar y a revisar cómo van los puntos, porque lleva un buen zurcido. Pero tiene mucho riesgo de infección. 


Yoru-chan y Pupete exploran la biblioteca

La verdad es que siempre nos tocan los casos más raros. ¿Habrá por ahí alguna señal en gatuno que los dirija a nuestra casa?

Al final el cansancio es inevitable...

martes, 17 de junio de 2014

¡El hada de los gatos ya llegó!

 Y los cinco mininos siguen creciendo (casi) sin problemas. Ya tienen alrededor de dos meses y conquistan todos los corazones.


Pupete y Totoro son la hembra y el macho grises, siempre espabilados y muy aventureros; Pupete ha estado malita sin hambre unos días, y Totoro tiene un problema: ha nacido sin esfínter anal y se le sale la caca por una herida que se le ha abierto más abajo. El veterinario dice que es muy pequeño para poderlo operar, así que hay que mantenerlo así hasta que crezca.

Este es Totoro, del anime "Mi vecino Totoro".
Aunque nuestro gatito no tiene la pancita blanca, es gris,
suave y blandito, y siempre está contento a pesar de todo.


Gunter Fraggen es el negrito que tiene patucos blancos, el mayor (ya pesa 600g) y aunque también es atrevido, siempre termina llorando cuando no encuentra a los demás. Yoru-chan es el negrito pequeño, también bastante asustadizo, y Cuscús es la más pequeñita de todas, la tricolor, que además es rabona y la más independiente.


Los gatos mayores huyen de ellos; la madre, Fira, que es de la vecina, es muy celosa y ellos han aprendido a evitarlos. Aun así, Frodo se muestra muy curioso y si le vienen de uno en uno acepta olerles la nariz. Pero si hay más sale huyendo...

Y nos los vamos a quedar todos. Toditos todos.

¡El hada de los gatos ya está aquí!




viernes, 16 de mayo de 2014

Nuevas incorporaciones...


Ayer a la puesta de sol escuchamos un ruido extraño bajo la barbacoa... y al asomarnos nos encontramos estas seis bolitas peludas dentro de un cubo de pintura, bajo el fregadero...

lunes, 17 de febrero de 2014

Frodo está malito

Frodo lleva dos días durmiendo mucho (vamos, mucho más de lo que dormía normalmente en su categoría de gato gordo y dormilón), y esta mañana vimos que no quería comer.


Esta tarde lo hemos llevado al veterinario, que le ha revisado y le ha puesto el termómetro. Tenía 40,5ºC, que es una fiebre alta para un gato (su temperatura normal ronda los 38-38,5ºC). Lo primero que se nos ocurrió es que se hubiera comido una de las gomas del pelo que tanto le gusta robar, aunque al examinarlo no se ha visto ningún atasco. No parece que tenga dolores, sólo la fiebre y una pequeña deshidratación.

Así que el veterinario le ha pinchado un antibiótico y un antipirético; Frodo casi ni se ha movido, y nos ha mandado comprarle un termómetro (de bebé, que son más finitos) para poder comprobar que mañana ya le haya bajado la temperatura.

Al llegar a casa, lo hemos lavado entero con su esponjita, porque se había  hecho pipí en el transportín. Es tan bueno que se ha dejado hacer perfectamente. Luego le hemos intentado dar algo de lata, pero apenas ha comido un trocito, no lo quería del plato y mi padre se lo ha estado dando con la chucarilla.

Como no quería beber del cuenco, le he llevado al cuarto de baño y he abierto el grifo del bidé. En seguida se ha acercado, y con mucho misticismo, se ha acercado y ha bebido un poquitín.